Lucas Niven en el Teatro Atlas.

Si, leyó bien querido lector. Hoy en éstas humildes líneas enológicas va a leer la crónica de una cata realizada en un teatro rosarino frente a unas cien personas!
Organizada por la vinoteca Lo de Granado, con don Mauro Charvey a la cabeza, agradezco la invitación a participar de un hecho inédito, por lo menos en mi conocimiento.
Solía yo ser habitué del viejo cine Atlas en calle Mitre y San Lorenzo de Rosario. Era una sala chica, un poco decadente, a la que iban a parar las películas extrañas o "de culto" que me gustaba ver en los primeros noventas. Recuerdo haber visto allí algunas muy buenas películas de la cinematografía post-Tarantino, siempre entre un público escaso. Se ve que el negocio no anduvo y la sala cerró y se mantuvo así durante muchísimos años hasta que durante el presente 2017 fué reabierto como bar, restaurante y centro cultural. Genial iniciativa que recupera un espacio para la cultura y el encuentro en pleno centro de la Chicago Argentina.


Y en eso a la gente de Lo de Granado se le ocurre hacer una cata diferente. En la sala grande, donde antes estaba el cine, con escenario y telón rojo incluídos, se les dió por traer al locuaz Lucas Niven y hacer una presentación de sus vinos con música de tango y todo. Qué me contursi?
Todo pasó el Miércoles 15 de Noviembre de 2017. Un escenario con un piano, un contrabajo y un bandeneón, una barrica pintada y un micrófono esperando al enólogo era el espectáculo que uno se encontraba cuando entraba a la sala. Debajo del escenario, unas treinta mesas con cuatro sillas cada una y dos copas esperando a los asistentes y una cámara fija, esperando para transmitir en vivo por redes sociales la cata que estaba a punto de producirse. Todo muy novedoso.
Y como encarar algo nuevo es riesgoso, hubo algún par de desinteligencias de organización que seguramente en los próximos eventos no estarán. Coordinar el servicio de 100 personas con la charla de un enólogo y la música de una banda de tango y transmitir todo por streaming en vivo parece fácil pero es un reto más que difícil que da para aceitar en su funcionamiento. O por lo menos para que mi amiga Dana y su compañera Cecilia tengan compañía a la hora del servicio la próxima. De todas maneras sé que trabajaron más de 20 personas en la organización del evento, lo que habla de la magnitud del proyecto y lo difícil de su coordinación. Aplauso entonces para la iniciativa.
El evento en sí estuvo buenísimo. Es extraño y un poco raro ver a un enólogo sentado en una banqueta contando de sus vinos sobre un escenario. Escoltaban a Lucas Niven tres músicos, integrantes de la banda "La Trifulca", créditos locales de la música del dos por cuatro que entre vino y vino metieron sus tangazos para amenizar el encuentro.
Lucas contó sus comienzos, sus estudios, su vida en Mendoza, lo bien y mal que le fue en algunos momentos de su carrera y lo metido que está en el proyecto Pala Corazón en el que guia a su familia en pos de encontrar vinos naturales, auténticos, con corazón y personalidad, según sus propias palabras. Ameniza con anécdotas y datos más técnicos de la vinificación o la finca que posee. Todo con su particular estilo divertido y muy ameno.
Pero como al fín y al cabo se trató de una cata y yo estoy acá para contarles de los vinos, a ellos vamos sin dudar.


Arrancamos con un blanco.
El Pala Corazón Blanco de Blancas de 2016. Un blanco de corte con base de Sauvignon Blanc y aportes de Semillón y Muscadelle en pequeñas proporciones. Todo proveniente de Tunuyán en el Valle de Uco. Es un vino con una expresión austera en nariz. Mas bien mineral y de pomelo amarillo. En boca tiene una entrada dulzona bien marcada y un pasar fresco, con acidez bastante punzante y un recuerdo cítrico y herbáceo. Buen vino blanco, con una estructura linda para acompañar algunas opciones gastronómicas. Ya su etiqueta habla de "Mar y río", como para dar una pista...


Después seguimos con el Pala Corazón Bonarda 2016, hecho con uvas de la propia finca en Junin donde se encuentra la Bodega. Es un vino fácil, directo, frutado y escueto. Buena acidez en boca y refrescante. No tiene mucha estructura, más bien flaco y tomable. Una nueva personificación de la Bonarda Argentina, en el estilo Pala Corazón.

El tercero fue el Pala Corazón Blend de Tintas 2015. Un vino con más paso por madera. Con más estructura y más "tradicional". Cuanta Lucas que es el vino que toma su padre (conservador) de todos los que produce. Es bastante frutado en nariz, con presencia de algunos toques especiados. Buena estructura en boca, llena y da recuerdo como "lacticos". Es jugoso, bastante untuoso. Está bien este vino moderno hecho un poco a la usanza más tradicional.

Luego tomamos el Pala Corazón Cabernet Franc 2015 proveniente de uvas de Lujan de Cuyo y con un aporte menor de Cabernet Sauvignon, Malbec y Ancellota. Es un vino que huele a pasta de aceituna, frutas rojas y toques de vainilla. Que pasa muy bien por boca, con buena estructura, pero con una rica frescura y un final como amarguito particular. Buen vino para comerse un rico asado con los amigos y disfrutarlo.

Terminamos con el espumante Pala Corazón Extra Brut, hecho con uvas Chardonnay y Pinot Noir de Tunuyan y mediante el método Champaniose. Es rico, frutado, fresco. Con aromas a ananá y pera y una burbuja pequeña en boca.


Terminó la velada con "Adios Nonino" pedido especialmente por Lucas Niven a los músicos. Brindamos y nos fuimos para casa con la experiencia de haber pasado por un evento relacionado al vino diferente. Una nueva búsqueda que puede dar buenos resultados y felicitando a la gente de Lo de Granado por encarar éste tipo de proyectos, a pesar de los riesgos que puede implicar llevarlos a cabo.
Las fotos que ilustran la nota fueron extraídas del perfil de facebook de Lo de Granado y son producto del particular ojo del periodista y sommelier Fernando Garello. Agradezco poder utilizarlas.
Salud a todos y seguimos en cualquier momento.



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